Unos Gatitos en Mi Puerta
Esta semana un par de gatitos comenzaron a aparecer en la puerta de mi casa. Mi esposa y yo intentamos darles de comer y se iban y regresaban al día siguiente. A uno lo nombre peludo porque tenia la cara redonda y su cabello era gris y largo. También era juguetón y estaba arañando los arboles alrededor. El otro pareció estar mas temeroso y no se quería a cercar. Disfruto verlos cuando pasan por la casa. Me recuerda a un gato que mi esposa y yo criamos cuando nos casamos.
Mientras los observaba, pensé en Adán en el huerto, viendo cómo los animales venían a él. Dios le dio a Adán el privilegio de ponerles nombre y la responsabilidad de cuidar de la creación (Génesis 2:19–20). Le dio autoridad y domino sobre todos los animales de la tierra. Abra sido una experiencia asombrosa, ver que los animales vengan a Adán para que los nombre. No había maldad y vivían en armonía.
Pero el pecado lo cambió todo. En lugar de armonía, ahora vemos temor y quebranto incluso en la creación misma. Pablo escribe que la creación “gime” mientras espera la redención (Romanos 8:22). Pero la palabra de Dios también promete que en Cristo lo que se perdió será restaurado — y aún más. Reinaremos con El para siempre (2 Timoteo 2:12; Apocalipsis 22:5). A El se le ha dado el dominio de toda la tierra, porque toda rodilla se doblara y confesara que Cristo es el señor.
Dar de comer a estos gatitos es un pequeño recordatorio como la creación a nuestro alrededor apunta hacia el pasado, al diseño original de Dios, y hacia adelante, a su promesa futura. Un día, el temor y la corrupción desaparecerán, y compartiremos el reinado de Cristo en una creación nueva. Y estaremos con el para una eternidad!