Todo Para la Gloria de Dios

1 Corintios 10:31 “Entonces, ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios.”

En esta sección de la carta a los Corintios, Pablo instruye a los creyentes sobre comer comida ofrecida a los ídolos, compartir con incrédulos y la importancia de la conciencia. Les urge que no sean “motivo de tropiezo” para los incrédulos, sino que vean a Cristo en ellos a través de su conducta, para que sean salvos. La exhortación de Pablo se puede resumir con la segunda parte del verso 31: “...que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios.” Para el creyente, no importa lo que coma o beba, sino que todo lo haga para la gloria de Dios. Como creyentes, somos llamados a glorificar a Dios en todo lo que hagamos.

que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios

David, el pastor de ovejas, demostró cómo derramó su corazón en todo lo que hacía. Desde pastorear ovejas, liderar una nación, tocar el arpa para el rey Saúl, o enfrentar a Goliat, todas sus acciones fueron siempre para la gloria de Dios. La vida de David es un recordatorio de que, no importa qué tan pequeñas o grandes sean nuestras responsabilidades, todo cobra significado cuando lo hacemos para la gloria de Dios.

Si realmente somos seguidores de Jesús, nuestras vidas tienen que reflejar la imagen de Cristo en todo lo que hacemos: en nuestro trabajo, nuestras relaciones con los incrédulos, cómo lideramos nuestra familia y en todo servicio. Nuestro llamado es ser transformados por la renovación de nuestra mente y hacer todo para la gloria de Dios (Romanos 12:2). Como David, no importa cuán significativas sean nuestras responsabilidades, hagámoslo para la gloria de Dios. Así, otros verán a Cristo reflejado en nosotros. Pablo termina esta sección de la carta diciéndoles a los corintios que sean imitadores de él, como él lo es de Cristo (1 Corintios 11:1).

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